Marcos 14:66-72 / Juan 18:15-18
66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote;
67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno.
68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.
69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos.
70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.
71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis.
72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
Pedro en el patio de Anás: niega a Jesús
La acción de entrar al patio de la casa de Anás era muy peligrosa. Poco antes, la misma noche, estos discípulos, habían sido testigos del arresto de Jesús. El evangelio de Juan nos dice que, en medio del arresto del Maestro, Simón Pedro, hirió a un militar, llamado Malco, siervo del sumo sacerdote. Y ahora Simón estaba precisamente en la casa del jefe del siervo herido por él, rodeado, v.18 por los mismos militares que arrestaron a Jesús.
Los discípulos habían llegado a la casa del sumo sacerdote, aprovechando la amistad, del discípulo anónimo con su familia. V.15. Al principio Pedro se quedó afuera. 16ª, pero el otro discípulo habló por él, y logró su entrada al patio de la casa de los enemigos.
La portera reconoció a Simón: ¿Eres tú también de los discípulos de este hombre? – Tu también estabas con él- Este es de ellos- Verdaderamente tú eres de ellos, y tú manera de hablar es semejante a la de ellos.
Lo interesante es que tú y yo, casi 2000 años después, nos encontramos en la misma situación que Pedro. Nuestro futuro depende de nuestras respuestas a estas mismas preguntas; rodeados por las fuerzas del mal, el mundo cuestiona el verdadero compromiso nuestro con Cristo.
¿Como respondemos hoy estas mismas preguntas? Son confrontantes. En ellas se nos pide que tomemos la decisión más importante de nuestra vida.
No hay términos medios. No hay zonas grises. No hay más alternativas. Preguntémonos y meditemos en este día de ayuno: ¿Eres tú también de los discípulos de este hombre? SI, o No.
Mateo 12:30 “El que no es conmigo, contra mi es, y el que conmigo no recoge, desparrama.”
En este tercer día de ayuno, digámosle:
Señor Jesús, en este día de ayuno queremos afirmar con valentía: sí, somos tus discípulos. Aunque el mundo nos cuestione, aunque nos sintamos rodeados, no queremos negarte con nuestras palabras ni con nuestras acciones. Fortalece nuestro corazón para serte fiel, aun cuando sea difícil. Que nuestra vida hable de Ti con firmeza y amor.
En Tu nombre, amén.
