Joel 2:12-13
12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.
13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.
Un Ayuno con Propósito: Volver a Dios de Todo Corazón
Dios no nos llama a un ayuno vacío, ni ritualista, ni mecánico. Su invitación es clara: «convertíos a mí con todo vuestro corazón». El ayuno que agrada a Dios no comienza en el estómago, sino en el alma; no se trata de lo que dejamos de comer, sino de lo que dejamos de permitir que nos aleje de Su presencia.
El profeta Joel, en medio de una situación de crisis nacional, llama al pueblo a rasgar el corazón y no solo la ropa. Esto representa un arrepentimiento sincero, un volver al centro, a la fuente, a Dios mismo.
Comenzamos este tiempo de ayuno reconociendo que necesitamos más de Él, que nada en este mundo puede llenar el lugar que solo su Espíritu puede habitar. Es un tiempo de volver a enfocarnos, de purificar nuestros motivos, y de buscar su rostro con humildad y pasión renovada.
Hoy, inicia este ayuno con una disposición total. No pongas el piloto automático espiritual. Pide al Señor que examine tu corazón y te ayude a rendirlo por completo. Porque cuando ayunamos con el corazón, Dios responde con misericordia, transforma nuestras vidas y restaura lo que estaba seco.
Padre amado, hoy comienzo este tiempo de ayuno reconociendo que necesito volver a Ti con todo mi corazón. No quiero que este sea solo un esfuerzo externo, sino una transformación interna. Rasga mi corazón, quita lo que estorba, limpia lo que se ha contaminado y enciende en mí una pasión nueva por Tu presencia. Gracias por tu misericordia que me recibe y me restaura. En el nombre de Jesús, amén.
