Hebreos 12:11
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
El rol del padre en la disciplina y corrección
En este ayuno queremos entregar a Dios nuestra manera de corregir. Muchas veces como padres hemos actuado desde la ira, la frustración o la impaciencia, y no desde el amor y la guía del Espíritu Santo. El ayuno nos recuerda que debemos crucificar la carne, y eso incluye renunciar a los métodos de corrección que hieren en vez de edificar.
El rol del padre no es simplemente disciplinar, sino reflejar el carácter de Dios al hacerlo. Así como el Señor nos corrige con misericordia y paciencia, el ayuno nos invita a pedirle que moldee nuestro corazón para corregir con sabiduría.
Hoy negamos el orgullo y la dureza que muchas veces se levantan en nosotros, y buscamos la gracia de Dios para disciplinar como Él lo haría: con amor firme y con propósito eterno.
